jueves, 11 de abril de 2013

Proyectos


Pues tal y como te dije esa misma mañana, había tenido una idea en sueños que me pareció súper buena! Claro está que en los sueños se ve todo perfecto y a saber como podría ser el acabado en realidad, pero eso es lo de menos.

Para situarlo, he de decir que la idea se trataba, en un primer momento, de inmortalizar instrumentos musicales orientales, luego evolucionó a aquellos instrumentos más extraños para la cultura occidental (entendiendo ésta como Europa y EEUU). 

Luego la idea se transformó en realizar un reportaje fotográfico con estos instrumentos siendo tocados por personas en sus poblados de origen convirtiéndolo en algo más étnico aún si cabe. Pero al final se me apareció la idea final en forma de fotografía acabada con un blanco y negro extraño, mal velado, virado con tonos ocres o azulados. La diferencia estribaba en que se tratarían de unos posados utilizando dichos instrumentos como armas. Al estilo de de las fotografías de guerra que todo el mundo se imagina, el insurgente posando feliz, serio, en posición de guardia, con su fusil Kalashnikov o AK-47, pero sustituyendo ese maldito invento por instrumentos musicales. Por definirlo de alguna manera, una alegoría en la que las verdaderas armas de un pueblo pasan a través de su cultura, en este caso, de su música. Música, ese elemento que lejos de diferenciarse une más a las culturas de lo que uno piensa.

Y allí estabas tú, en todos los planos del sueño, a mi espalda, a mi lado, hablando con el modelo-por-cinco-minutos. Aparecía esa entrada en la que describías la foto al fotógrafo. Y por supuesto mi empeño por hacer que te interesaras en el arte de la fotografía dándote datos técnicos y tú nanai, tú con las polaroids, de las que te enamoras infinitamente. Siempre tú, apoyándome en cada paso de mi camino por convertirme en alguien.

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