lunes, 25 de marzo de 2013

Una foto a un fotógrafo

Acabo de grabar esta instantánea para siempre al hacerte una foto con la polaroid y al mismo instante en mi mente. Es una imagen que nunca olvidaré: llevas puestos tus pantalones de “batalla”, de esos típicos de color verdoso o algo así y muchos bolsillos, unas zapatillas de deporte y una camiseta de manga corta. Sentado en el suelo, en la arena, con las piernas cruzadas (la posición del loto =p) y sobre ellas un cuaderno. Lo tienes ahí para apoyarte mientras escribes. A tu lado una mochila y por supuesto tu mejor compañera, tu cámara de fotos. Estás lleno de polvo, hasta en la cara y en el pelo tienes arena y ni que decir de tu pelo… jamás te había visto tan despeinado. Pero para nada das mala imagen, sino todo lo contrario. Se te ve feliz, porque te encanta estar así.

miércoles, 20 de marzo de 2013

según la R.A.E.


kilómetros de sueños.

(Del almalenguaje. ¡que nos vamos de viaje!).

1. f. Relativo a la cantidad de sueños que tenemos y que versan sobre viajes, entendiéndose la unidad métrica en ambos sentidos, cantidad de sueños y referente al recorrido.

2. f. Proyecto de cuaderno de viajes mediante el cual los viajes soñados se llevarán a cabo en el continuo espacio-tiempo.

3. f. Trabajo de búsqueda de información para aplicar al viaje o viajes nombrados en la acepción 2. Véase el manuscrito de Indiana Jones.



martes, 19 de marzo de 2013

The impossible is possible tonight...

Y hoy, como la mayoría de las noches, me dispongo a viajar de nuevo justo cuando cierre los párpados. No sé dónde iré, aunque con la conversación que hemos tenido (que ya de por sí implica varios viajes) creo que seguiré el curso del Danubio pero como si me hubiera tomado un LSD. Ya sabes cómo son mis sueños, quizás la hormiga gigante aparezca de nuevo mientras bajamos en kayak jijijijijijiji Pero bueno, lo importante es que te volveré a ver de nuevo, una vez más. Y quién sabe, puede que incluso hagamos un viaje un poco más lejos de los que hemos hecho...

Te quiero Misifú!




004. Ulm

“¿Sabes cuantos escalones tiene esto?” dices mientras vuelves a mirar escaleras arriba. 768 escalones para subir a la torre más alta de mundo, de algo más de 161 metros. Muchos escalones y un ascensor, todo sea dicho.
Desde arriba tenemos la mejor panorama que se pueda imaginar: toda la ciudad y de fondo los Alpes. Esa imagen se merece la primera foto juntos del viaje, que la acabo pidiendo yo. Ya sabía que me tocaría a mí…
Al salir volvemos a contemplar, esta vez desde abajo, la impresionante torre gótica a la que acabamos de subir. Torre gótica en una catedral gótica, como no podía ser de otra forma. Por lo tanto es inevitable la comparación con la catedral gótica que nos es más familiar y, como muy puestos no estamos en arte, casi ni vamos a encontrar tantas diferencias. Además, nos sale la vena castiza y la nuestra gana por goleada a la que acabamos de ver, aunque dejamos comentarios condescendientes del tipo "pero aun así es muy bonita ¿eh?"
Un rato después, no sé exactamente cuánto tiempo, estamos contemplando de nuevo esa misma torre pero desde la otra ribera del río, sentados como dos viejecillos en un banco del parque, que es atravesado por el Danubio a su paso por la ciudad, tomando el sol y hablando tonterías, culpa en parte del cansancio que acentúa ya de por sí nuestra predisposición a las charlas que se van de la mano.

Antes de que decidas tirarte en el césped y quedarte dormido me levanto y te animo a que hagas lo mismo. Nos quedan unas horas solo antes de cambiar de ubicación y antes hay que ir a perderse por el barrio de los pescadores y el de los curtidores. Y sí, perdernos literalmente, porque decidimos guardar el mapa y adentrarnos en él durante un buen rato sin un rumbo definido, solo limitándonos a pasear, contemplar sus calles y edificios, pararnos en alguna que otra tienda y sentarnos al sol a tomarnos un café, empapándonos de la historia que ha recorrido durante siglos estas calles. Imaginando que en tal o cual edificio pasaba tal historia. Creo que tenemos demasiada imaginación, pero es lo que nos hace disfruta al máximo del encanto que atesora cada ciudad o pueblo, por muy pequeños o poco conocidos que sean.
Al pasar por encima de los puentes de piedra intentamos calcular la edad de éstos y nos imaginamos en el balcón de la casa que justo asoma al rio. Nos contamos como será vivir allí, en invierno con el frío, y resaltamos la belleza de esta pequeña ciudad de 120 mil habitantes. Sabemos que podríamos camuflarnos entre ellos y pasar totalmente desapercibidos, lo cual nos lamentamos de no haber elegido pasar un día más aquí, pero ya es tarde para llorar.
Antes de volver a ubicarnos en el mapa me lamento en voz alta de que la ciudad natal de Einstein no tenga más referencias a él. Abres el mapa, nos ubicas, tú, siempre tú, como tenga que hacerlo yo seguro que volvemos a perdernos, y partimos para la estación. Otro pequeño viaje, porque por ahora todos han sido cortitos. Pero deseando llegar, darnos una ducha y dormir.

003. Sigmaringen

Creo que el autobús ni siquiera se había puesto en marcha cuando ya estábamos los dos dormidos. Ni el hambre nos podía mantener despiertos. Teníamos una hora, o poco más, para dormir antes de llegar a Sigmaringen y bien que la aprovechamos. De hecho, hasta te extrañaste cuando llegamos al final del trayecto y comprobaste que mi cara estaba hinchada. Empezaste a hacerme cosquillas diciéndome que era una dormilona y yo te lo negaba, pero la cara ahora resulta también que es el espejo del "¡no veas que siesta!"

A eso de las dos de la tarde estábamos sentados en un banco a orillas del Danubio comiendo un bocadillo que habíamos comprado un par de horas antes en Donaueshingen, hablando y mirando, o más bien admirando, la arquitectura del pueblo. Un pueblo de unos 16 mil habitantes emplazado en lo alto de un peñasco en el extremo de uno de los numerosos valles del Danubio y vigilado desde el emplazamiento más alto del pueblo por un castillo de la edad media.
“El pueblo entero parece de cuento” pienso mientras paseamos por sus calles buscando una cafetería donde poder tomarnos, más bien tomarme yo, el café que con tanta insistencia y exigencia te he pedido. Y justo antes de decidirnos por uno pasamos por delante de la iglesia. “La kirche”, te digo mientras río, para después añadirte que no me mires así. (Imagina cual es tu cara…). Creo que los dos pensamos en lo mismo y nos reímos, al menos por dentro aunque en el exterior solo reflejásemos una sonrisa, al entrar en esta austera iglesia que en su interior se convertía en el extremo opuesto. Sí, al leer la pequeña historia en un folleto de la entrada descubrimos que esta sería la primera de las muchas veces que veríamos, leeríamos o escucharíamos eso del estilo rococó. O como tú lo rebautizas el "recargaorococó",
No podemos estar mucho tiempo más aquí. Nos espera otro autobús y otra hora de camino para llegar a la primera ciudad del recorrido. En un día dos pueblos, no nos ha quedado otra. Son tan pequeños que ni sabíamos si habría algún lugar en el que pasar una noche así que, para no arriesgar, pillamos el último autobús del día. Dormiremos en otro sitio y mañana, como se dice, “será otro día”

lunes, 18 de marzo de 2013

Y yo te buscaré...


Isla de pascua. Groenlandia (canción que me dio unos meses atrás por cantarte) Nos encontramos de viaje por América del Sur y te he estado dando la paliza en cada país que pisábamos para que no nos dejáramos atrás de ninguna de las maneras la Isla de Pascua. Incluso en pleno Machu Pichu, donde apenas nos dirigimos  la palabra maravillados de lo que estamos viviendo en ese momento, en esa ciudad perdida en medio de las montañas. Incluso en ese momento te vuelvo a decir "Pues en la Isla de Pascua seguro que tenemos una sensación igual o mejor a ésta". Sí, súpermegahiperpesado jejejejej.

Hacemos el viaje en avioneta desde Santiago de Chile. La avioneta por supuesto igual que la de las películas de Indiana Jones, con todo tipo de aves de corral en la bodega junto con nosotros. (Ver Indiana Jones de nuevo para meterte mejor en la imagen)

Llegamos a ésta mágica isla donde tenemos una de las conversaciones más apasionantes de nuestro(s) viaje(s). Una isla remota perdida de la mano de dios, con esos ídolos tallados en piedra, rodeada por miles de kilómetros de aguas oceánicas... qué mejor marco para hablar del origen del universo, de como la civilización se instauró allí, cómo desapareció... típico de documentales que se ponen a las 3 de la tarde en La 2 y sirven de acompañamiento de siesta; y para nosotros son precisamente  horas y horas bajo las estrellas o sol abrasador, no sé que tiempo hace por allí, con eso de que esta a la misma latitud de chile, capaz de nevar y tó :P

Prometo una buena entrada al estilo "Nesias" sobre esta maravilla del mundo. Hoy sólo es mi sueño :-)



002. Donaueschingen

Quiero una Schwarzwaldtorte o lo que es más fácil, una “tarta de la selva negra” (bendito minidiccionario de alemán para viajeros que traíste!). Ya que estamos aquí, hay que comer algo típico. Un buen desayuno para reponer fuerzas después de un viaje largo en tren en el que aunque con camas, no pudimos apenas dormir, antes de colgarnos otra vez las mochilas e ir rumbo al primer objetivo que nos hemos marcado. El punto de partida.


Una fuente redonda en medio de los jardines de un palacio cuyo nombre no sabemos, o no recordamos ya por lo extraño que se nos hace el nombre en alemán, aunque tú de este idioma tengas más conocimientos que yo (no te lo creas mucho jajajaja). No tiene mucho más atractivo que el simbolismo mismo de que es, o dicen que es, el emplazamiento exacto del nacimiento del Danubio. No puedes irte del lugar sin hacer antes el primero de tus apuntes frikis que, al igual que las anécdotas que me pides que te cuente sobre cualquier tema, adornarán el viaje, "fuente es Brunnen, y ya aunque llevemos poquito aquí sabes que Schön significa bonito, así que ya sabes cual es el nombre del edificio megahiperrecargaorococó más famoso del mundo germano!!!!"


Alguna foto aquí y allá y poco más para el recuerdo y alguna anotación en el “cuaderno del viajero”. Tampoco hemos investigado mucho más en qué tiene de atractivo Donaueschingen. No es el sitio o el momento lo que importa, es la imagen que se queda grabada en mi mente, y sé que en la tuya también: tú (y yo) en el lugar que inmortaliza las primeras notas de la obertura de nuestra sinfonía particular, esa que iremos componiendo sobre  la melodía que nos susurra este Danubio azul eterno que con su firme batuta marcará nuestros pasos.

domingo, 17 de marzo de 2013

Km. 0


Recuerdo mucho el instante en que empezamos a ser uno, ese instante que nos llevó a hablar de Antigua Guatemala. Fue la primera vez que hablamos sobre hacer viajes y yo te decía que me encantaría vivir allí y quedarme aprendiendo algún oficio artesanal a lo 'Into the Wild'. Fue entonces cuando me dijiste que tú pensabas de la misma manera respecto a los viajes y las diferentes formas que hay de experimentarlos, y que te había gustado encontrar una persona que disfrutara los viajes de la misma manera en que los intentabas vivir tú. Justo después de eso me hablaste de tus varios viajes a Marruecos y que, aunque fueras acompañada de más personas, sentías que ellos no estaban allí por lo mismo que tú y no eran capaces de sentir ese lugar y ese momento a través de sus cinco sentidos.

Supongo que esa anécdota que hablamos fue lo que llevó a mi subconsciente la imagen de una Antigua en muchas situaciones distintas. Hay una en la que estamos nosotros en una de las pequeñas plazas llenas de librerías, donde andas comprando compulsivamente escritos de poesía lationamericana, los cuales me lees mientras yo medio sentado/tendido en un banquito veo a la gente pasar o simplemente miro el cielo fijamente pensando en lo lejos que estoy de lo que se puede llamar mi casa, respirando el aire que es distinto a todo el aire que alguna vez he podido respirar.

Hay otro momento en los que nos imagino en una de las decenas de casas que estuvimos mirando para hacernos a la idea de cuánto valdría comprarse o alquilar una casa allí, todas demasiado grandes para dos personas que sólo pasarían la noche allí para descansar, puesto que vivir esa ciudad y hacer excursiones por toda la provincia era nuestra primera y única prioridad.


Antigua Guatemala, el principio de mi aventura más apasionante. El Km. 0 de nuestra pasión, nuestra amistad.

Epifanía

Ahí estaba, repitiéndome a mí mismo con los ojos cerrados, mañana lo clavo, es que lo clavo! Estos de Cambridge  me van a dar palmaditas en la espalda cuando salga de allí. 
En eso que las neuronas empiezan a crear otras conexiones y de repente aparezco viéndome, viéndonos en una serie sucesiva de lienzos en los que todo ocurre rápidamente con una voz en off mental que me lo va narrando todo. En realidad no es nada nuevo, lleva bastante tiempo repitiéndose en mi cabeza. 

He de avisar que puede que no sea muy placentero y que acabe haciéndote sentir mal o creándote sensaciones horrendas por lo que mi cerebro pueda pensar en algunos momentos, pero ya sabes que no somos ya ni dueños de nuestras propias mentes, pensamientos, subconscientes y toda esa parafernalia. No sé ya si tanta evolución habrá sido buena para el ser humano, porque el cerebro nos crea una ilusión completamente falsa de autocontrol y ciertamente, no soy capaz de domarlo. Me acabo de convertir por momentos en un psiquiatra de primer año que ha suspendido el primer cuatrimestre entero....

Se me acaba de venir esto, que creo de alguna manera anda relacionado con lo que acabo de escribir.




Primer escollo solucionado, sé enlazar vídeo!

Se trata de un presente/futuro alternativo, en el que estamos hablando y nos vamos a India. De todas las veces que he soñado eso, ésta ha sido la más detallada sin ninguna duda.
Tú has abandonado la quimioterapia y te aventuras a vivir la experiencia más importante de tu vida por todo lo que ello conlleva, y yo no paro de sentirme extasiado porque una persona haya decidido dar ese paso cogida de mi mano. No sé cómo definirlo, he dicho extasiado pero en realidad no lo sé, porque es como un honor o algo así, no sé de veras.. no sé que sensación es, maldito lenguaje... 

Cuando llegamos al hostalillo de Varanasi (sí, siempre ocurre allí, todo) dejamos nuestras mochilas y nos tiramos en la cama destrozaísimos del viaje, pero no duramos ni medio minuto porque estamos deseosos de bajar al ghat más cercano que tengamos y poder respirar esos olores, que sé que me acompañarán toda la vida.
Una vez estando allí sentados se nos acerca un chavalillo de unos 10 años que quiere vendernos ofrendas para poder lanzarlas al río. Yo le digo que no se las vamos a comprar pero que si al día siguiente a las 7 de la mañana está en la puerta del hostal donde nos alojamos, le pagaremos muy bien para que nos haga de guía, a lo que nos contesta que sí efusivamente y con una sonrisa que no le cabe en su cara.

Al día siguiente cuando bajamos, nos lo encontramos en la puerta diciendo que lleva ya diez minutos esperándonos.  Aquí los lienzos se tergiversan, porque recuerdo estar con él en distintos sitios durante dos o tres días, pero la siguiente parte de la historia que vuelve a ser detallada ocurre con una persona más.  En los siguientes días se presenta con su hermanilla, dos añitos menor que él que nos quería conocer desde que el chico contó en su casa que está haciendo de guía a unos españoles recién llegados a la ciudad. Es más, a ver si consigo capturar la esencia de todo este lienzo. Estamos en un ghat, pueden ser las 5 o 6 de la tarde, solazo hindú como pocos en el mundo. Los cuatro sentados, nosotros dos un escalón más arriba que ellos, tú con las manos sobre los hombros del chico y yo sobre los de la chica. Estamos diciendo tonterías para salir sonriendo en la foto que nos están a punto de echar con la polaroid que al final adquirimos. Le pedimos al buen samaritano que nos la está haciendo que vaya cogiendo las fotos que escupe la cámara, queremos varias para poder tener todos una copia. Ni qué decir que la foto es la más preciosa que voy a poder conservar en mi vida, a pesar de mis caretos, pero es que salís todos geniales y es un momento que quiero guardar en mi mente para siempre. De hecho me veo a mí mismo intentando grabarlo todo como si mi cabeza fuera una cámara de vídeo. Quiero que todas esas sensaciones afloren en mí cada vez que piense en ese momento.


Vivimos la mayoría de los momentos con ellos: vamos por la noche a ver el ritual que se produce a orillas del Ganges y no paramos de preguntarles qué es lo que están diciendo y cual es la historia detrás de todo esto, nos dan de comer de sus puestos callejeros favoritos, todo tipo de dulces y demás parafernalia que nunca habríamos disfrutado si no fuera por ellos, rincones mágicos escondidos de cualquier turista con su Lonely Planet…

He titulado así la entrada porque de veras la siento que mi cabeza se traslada a esa realidad aunque sea con detalles distintos y transcurra de otra forma.

Te preguntarás por qué dije que podría provocarte sensaciones que no fueran placenteras y es por todo lo que esto conlleva… Dura bastante tiempo pero luego llega el momento inevitable,  y no deja de ser un cúmulo de emociones, de hecho siempre me despierto llorando, pero estás tan serena en mi cabeza, tan en paz, tan feliz.. no sé cómo describirlo, no sé si hablando contigo me saldría algo mejor.  Pero se me pasan muchas imágenes que no sé cómo poner en palabras.

De veras,  ni idea de cómo expresarlo. Y lo peor de todo es que esto no hace ni la mitad de justicia a lo que he experimentado. Al final me resulta una chapuza comparada con lo que mi cabeza tiene dentro.



jueves, 14 de marzo de 2013

Las “Nesias”: Poli, Mirco y Mela

Polinesia, Micronesia y Melanesia son tres de las 5 divisiones geográficas de Oceanía, donde las dos principales y más claras de observar tanto geográfica como políticamente son Australia y Nueva Zelanda.
Estas tres divisiones no tienen tan claros sus límites o fronteras, ya que éstos están más difuminados debido al gran numero de islas que los forman y a que la división se hace solo de forma referencial y evocando a criterios de similitudes étnicas y geográficas.
Por ello, la diversidad de opiniones ante esta división es enorme y a veces lleva a grandes confusiones.
El criterio más tradicional y apoyado divide estas tres regiones de la siguiente manera:
Es curioso y obligado mencionar, que las subdivisiones de estas tres regiones de Oceanía no tienen por qué ser parte de forma íntegra de una sola de las tres divisiones, ya que en ocasiones forman parte de más de una, aunque se asocia al territorio en la que mantienen la mayor parte de sus islas o extensión
Micronesia:
Formada por unas dos mil Islas, divididas estas en ocho territorios de los cuales Guam, Wake y las Islas Marianas del Norte pertenecen a Estados Unidos. Los otros cinco, Palaos, Estados Federados de Micronesia, Islas Marshal, Nauro y Kiribati son independientes.
Dentro de esta subdivisión hay que considerar que Guam forma parte del archipiélago de las Marianas, que Palao y los Estados Federados de Micronesia son las Islas Carolinas y que las Islas Gilbert pertenecen a Kiribati.
Melanesia:
Son las más diferenciadas tanto étnica como geográficamente tanto de Polinesia como de Micronesia.
Su núcleo está formado por Papúa Nueva Guinea, Salomón, Vanuatu y Nueva Caledonia. Y en la periferia podemos encontrar las Islas de Nueva Guinea, que pertenecen tanto a Papúa Nueva Guinea como a Nueva Guinea Occidental, las Islas Bougainuille, Islas Trobiand y el archipiélago de Bismark que forman parte de Papúa Nueva Guinea, las Islas Vanuatu, de Vanuatu, las Islas de Nueva Caledonia, de Nueva Caledonia, el archipiélago de las Islas Salomón, perteneciente a la Mancomunidad Británica de Naciones y las Islas del Estrecho de Torres.
Polinesia:
Es la división más tradicional de Oceanía y está formada por unas mil islas, la mayoría dependiente de otras regiones o países.
Formada por: Las Islas Hawái (EE.UU.), Islas Fénix y de la Línea (Kiribati), Islas Tuvalu (Tuvalu), Islas Tonga (Tonga), Nive y el archipiélago de Tokelau (Nueva Zelanda), Islas de Walli y Futunal (Francia), Samoa, Samoa Estadounidense (EE.UU.), Islas Tubuai, Islas  de la Sociedad, Islas Tuamotu, Islas Marquesas, Islas Australes y Rapa (Polinesia Francesa, Francia), Islas Pitcarin (Reino Unido) y las Isla de Pascua (Chile)
Es evidente y normal la confusión entre regiones, divisiones, subdivisiones, archipiélagos, islas, etc que conforman las tres regiones de Polinesia, Melanesia y Micronesia pero se hace más fácil de entender si no se intenta poner fronteras y líneas concretas que las dividan. Lo más comprensible es verlas como zonas geográficas que pertenecen a políticamente a otros estados y no como zonas independientes unas de otras. Es una similitud a lo que puede ocurrir por ejemplo, y de forma más simple en los Alpes, que es una cadena montañosa en el centro de Europa que pertenece a distintos estados. Situándolo en el mapa de Europa se pueden trazar las líneas que dividen a cada país de forma clara, pero no es tan claro que tal o cual montaña pertenezca de forma exclusiva a un solo país, al igual que ocurre con las islas de esta zona, pero en mayor proporción.
Mejor que tanto lio geográfico y de fronteras es quedarse con la maravilla natural que agrupan y la belleza que las rodea.
Por mí, encantada de visitarlas una a una, aunque nunca llegase a aclarar donde realmente he estado.
 
 

sábado, 9 de marzo de 2013

001

Esperar.
Me queda más de una hora en el aeropuerto para embarcar y unas cuantas horas más hasta llegar al destino, nuestro destino. Tú llegarás un rato antes que yo a pesar de que a tu avión le quedan aún algunas horas para despegar y que, debido a la diferencia horaria, todavía sigas durmiendo. Es la ventaja que tienes al estar en Europa y yo la desventaja que tengo de estar casi en la otra punta del mundo.
Me río sola recordando la conversación que hemos tenido hace un rato, mientras amanecía para mí sin haber pegado ojo de los nervios. Tú has caído rendido hace un momento, no sin antes decirme otra vez que sacase cosas de la mochila para que no pesase tanto.
Antes de apagar el móvil te dejo un mensaje para que lo leas cuando te despiertes “Buenos días, nos vemos en un rato ;D “
Me paso el vuelo entre música y ensoñaciones, imaginando como será el viaje y poniéndole banda sonora a cada instante.
Todo está pasando más deprisa de lo que había previsto y para cuando soy consciente de ello estoy de nuevo viajando, pero en otro medio de transporte, esta vez en tren, y contigo al lado.
La primera estación es el aeropuerto, aunque solo es un parón provisional para hacer un cambio y dirigirnos a la que será la primera parada del camino.
Te observo mientras tú miras por la ventana, me miras y te sonrío, me devuelves la sonrisa y vuelves a perderte en el paisaje, entonces yo vuelvo a lo que tengo entre las manos. Sigo revisando la ruta, los medios de transporte, que es interesante para que nos paremos y que podemos pasar de largo, etc. Estás completamente despreocupado y me dejas a hacer todo, y aunque estoy sorprendida de ello, te dejo estar absorto en el paisaje. No sé realmente si estás mirando lo que se ve pasar por la ventanilla del vagón o solo te limitas a mirar al vacio y realmente estás en otra cosa.
Me estoy cansando de revisar una y otra vez este cuaderno, ya me lo sé de memoria. Mejor lo dejo de nuevo en la mochila y me uno a ti en el empeño de escrutar el paisaje. Te das cuenta de que he dejado el cuaderno y acto seguido me pasas uno de tus cascos. Al oír lo que suena me doy cuenta que no me lo has dado solo para escuchase lo mismo que tú sino para que sintiese lo que estas sintiendo mientras oyes y observas a través del cristal.

000. Pistas

A la izquierda el Brigach, a la derecha el Breg.

Se unen los dos en el comienzo del que será un recorrido de casi tres mil kilómetros, por más de cincuenta ciudades.
Un recorrido que comienza en la selva negra y que acabará en el mar negro.

Uno a uno viviremos cada kilómetro recorrido y haremos de ellos una experiencia que creo que nunca podremos olvidar, una de esas que contaremos a nuestros hijos o nietos una y otra vez.
No sabemos cuánto tiempo durará, todo dependerá de la belleza de cada momento y de lo que nos atrape cada lugar, ya que éstos serán los determinantes del tiempo de duración de cada parada.
Mi maleta ya está llena con todo lo necesario: mi mente, mi imaginación, un bolígrafo y unos cuantos papeles en blanco y lo más importante, tú

¿Te vienes?

Adivina donde, aunque seguro que ya lo sabes.